Fue en una en una temporada de lluvias,
de esos tiempos donde el fuego arde con mas fuerza,
teníamos un plan en medio de la cabeza
y nos taladraba la frente
de modo que nos sentíamos invencibles.
Inclusive, la decida nos invadía
por la cantidad de ideas
que nos zopiloteaban en la cabeza.
El abanico de posibles soluciones
se parecía mas a un prisma con las respuestas dentro,
y lo que nos impulsaba a rabiar
era un raro sentimiento,
mas parecido a la mezcla
entre las ganas de defecar
y las de regurgitar algo que con engaños
te invitaron a tragar
y que, se supone, no te haría daño.
También, el origen de las fuerzas que nos llevaban
a plantarnos enfrente de las masas
y de las calamidades,
venía por el firme convencimiento de que,
después del apocalipsis, sacaríamos de entre sus cenizas
la amalgama que pondría fin
a todos nuestros problemas
El cielo era negro, como el futuro de la tierra
y nosotros solo nos quedábamos absortos
del trágico final.
Pero eso era solo una batalla mas
de muchas otras que perderíamos en el futuro.
Ahora, la desilusión me trae aletargado
y el fastidio me convence
como el diablito de la oreja izquierda,
y estúpidamente caigo redondo
en la trampa para zorros.
Ya estoy cansado
y solo me vas a encontrar tomando en el juicio final,
Por : El Vampiro de Cloaca
viernes, 16 de noviembre de 2012
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