El dolor en la espalda

Mi espalda ya no tiene nada que cargar
solo me recuesto y empiezo a soñar,
a morirme por un rato
y no volver a recordar nada.
Nena, yo no tengo mucho que ofrendar
ya que antes me embriagaba con alcohol
y ahora se me ha estado quedando
ese sabor a ganas de algo de ti,
a esas tus manos
que me agarran para mostrarme el lugar exacto
en donde quieres que te bese,
a esa cintura
con el talle preciso y sugestivo
como para hacerme sentir seguro
de que solo eres mía,
a esa tu voz
que envuelve en un sentimiento de lujuria
a cualquiera que habite en tus rutas
de paso.
Mi espalda ya no tiene nada que cargar
me despierto y me siento para ordenar,
para encontrar explicaciones
del por que te has fijado.
Querida, tengo un cigarro en la mano
y es que antes solo fumaba tabaco y hachís,
pero ahora las causas se están buscando
para preguntarse qué fue lo que paso,
que le pasa a este muchacho,
el no era así,
¿me habré fumado un encanto de ti?
de seguro fue ese beso en tu cuello
que hizo abrir tu cuerpo
en aquella luna llena pasada
en una fría noche de octubre.
Me visto y me paro para ir al trabajo
y me doy cuenta que ese dolor en la espalda
era la dura resaca de recuerdos
crudos y amargos
de esos puñales clavados,
enterrados como a traición,
por no saber esquivar
esas flechas
llenas de rabia y rencor,
y que hacen que veas al mundo
como un campo de guerra
en el que se tiene que demostrar quien es el mejor.
contigo todo se va, se fuga
y ahora me siento mas ligero
y siento que puedo volar a tu altura,
llegar a ese santuario
olvidarme de todo y quedarme contigo,
por lo menos antes de la muerte nos llame
en una vida tan fugaz como ésta

Por: el Vampiro de Cloaca