Vi a unos chicos con la cara pintada,
tenían aretes de mujer y algunos parecían serlo,
parecían furiosos y sin esperanza,
lo que pasa es que la vida
y el arrabal los había forjado a punta de patadas.
Y al ver el panorama
se adivinaba que la juventud
se hizo el futuro podrido
del presente ya pasado y forjado
por ancianos decrépitos y sin razón de existir.
Al pasar al lado de ellos vi que escupían,
las mujeres tenían la irreverencia en las minifaldas
y los hombres retaban a la autoridad
con picos que llevaban en la cabeza y en la espalda.
Y al ver hacia el sol
se deducía que los niños de familia
se habían convertido en unas curiosas ratas
que pateaban, mordían y cambiaban horizontes,
gritando en las calles,
quemando los coches.
Y la otras gentes les decían chicos porquería,
que no cambiarían nada,
que nunca serian el futuro.
Pero eso solo era una sesión de fotos antiguas,
ahora veo la vida y veo que no han pasado
aquellos rotos años,
me he dado cuenta que ya formamos parte del mismo puto infierno
que predecían desde los espiritualistas
hasta los grandes científicos (complices de la destrucción),
en donde el árbol se haría
un objeto de desperdicio y construcción,
en donde los ríos apestarían
a la porquería de la actividad humana inconsciente
y los animales que eran destrozados servirían
para la comida mal facturada gracias
al poder seductor del capital
y los que quedaran vivos
servirían de divertimiento esclavista y torturador,
a menos que cayeran en manos de aquellas ratas
de condición humana,
entonces eran mas libres y mas vivos,
por que así es la vida
con esos callejeros de piel tatuada y cicatrizada.
Para los religiosos, son condenados,
para los intelectuales, gente dañina para sus intereses
y para los del gobierno, son gente que debe ser exterminada.
Por : el Vampiro de Cloaca
martes, 3 de agosto de 2010
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